Desde ayer que la cosa se ha relajado bastante. Me hicieron almuerzo de despedida y todo fue bonito y emotivo.
Solo quedan unas horas en que esperemos no explote nada y entonces todas las cosas el trabajo serán problema de alguien mas.
Siento la alegría volver a mi lentamente, como cuando empiezas a recuperar calor después de acostarte en una cama helada.
Por un lado me da pena el sentimiento de dejar botada a la gente, porque finalmente no odio a las personas de la oficina, solo odio el contexto y esas cosas, pero por otro lado, mi salud mental es primero.
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