Todo comenzó con una llamada, cual película de terror.
Era mi mamá, porque con ella si se pudieron comunicar los del hospital porque mi celular justo parece que no agarró señal. Pero claro, si se trata de recibir llamadas de cencosud y abcdin buscando a Segundo Cáceres ahí la señal baila, cual Jean Claude Van Damme.
Quien es Segundo Cáceres? No tengo la mas puta idea, solo sé que es alguien que no paga sus deudas.
Y bueno, mi mamá me cuenta que llamaron del hospital, que iban a hacerme la biopsia y que tenían toda la intención de operarme el jueves o viernes de esa semana (era lunes).
El día martes en la mañana me llamó una doctora para preguntarme si yo tenía unos exámenes que yo sabía con certeza que había dejado allá. Aproveché de preguntarle mas detalles, pero no sabía mas de lo que ya sabía la persona misteriosa que había llamado a mi mamá.
Parecía que me operarían el viernes, pero que debía confirmarlo, me iba a avisar.
Ya el miércoles, con toda la intención de levantarme para ir al hospital a preguntar (porque a todo esto, el resto del mundo si tenía mas preguntas que yo respecto a la operación que yo y me sentí con el debe moral de responder todas esas preguntas siendo que yo estaba convencida de que todo eso lo dirían en su momento y que si no lo decían antes es porque no era de vida o muerte), y entonces me llamó la doctora nuevamente para decirme que si me operarían el viernes pero que "estaban viendo el tema de la cama".
Yo, jurando que eso era suficiente información, quedé conforme y le comuniqué al mundo.
Pero, por donde te harán la incisión? cuanto demora el reposo? cuanto estarás hospitalizada? en cuántos de los 14.000 escenarios posibles ganamos? Y así, un sin fin de preguntas...
Te van a operar por el lado, por el frente o por arriba?
No sé! a mi será a la que me va a doler, por qué al resto le importa eso?
La verdad es que las dudas del mundo si eran legítimas, pero yo estaba en un estado de terror controlado que solo podía manejar intentando no pensar mucho sobre el tema hasta que llegara el momento, pero si una dice cosas así puede pasar por infantil.
Pero lo cierto es que una se puede morir con cosas así. Hasta ese momento, no sabía si me iban a abrir o si solo me harían incisiones, pero el escenario mas probable, según ya me habían comentado otros médicos antes, era que la cosa iba a ser "a tajo abierto". Así que yo estaba ahí, intentando manejar que tendría un tajo de 10 centímetros o mas en el medio del pecho y empecé a planear en el tatuaje que me haría para tapar esa cicatriz.
Qué tienes que llevar? No sé... pensaré en eso cuando me llamen! Pijama, utiles de aseo, un libro... cosas.
Me pasé todo el miércoles esperando que me llamaran, y entonces el jueves en la mañana me llama una señora que tampoco sabía mucho y que solo me dijo que debía intentar irme pronto porque tenían que hacerme un ecocardiograma.
Pico, me bañé, tomé desayuno... probablemente sería mi último desayuno con seres queridos así que no iba a salir corriendo solo porque la gente encargada de mi salud me lo dijera.
Ese día me hospitalizaron en una sala con 7 mujeres mas. Me dieron almuerzo a las 12:30, antes de que me volviera a dar hambre ya me estaban dando once a las 16:00 Hrs. y cena a las 18:30 hrs. Todo esto era muy anecdótico y contable por whatsapp a todo el mundo. Rodrigo estuvo conmigo hasta que se tuvo que ir a la pega y mi mamá estuvo conmigo hasta las 18:30 cuando se acabó el horario de visitas.
Me operarían el viernes "a primera hora", que era como a las 8, pero antes de eso me harían el ecocargiodrama, a las 7:45 aprox.
Lo primero que me dicen en la mañana, cerca de las 7 es que primero me harán el examen y que luego de eso debo prepararme para pabellón, que consistía en bañarme con un jabon especial, enjuagarme la boca con un enjuague especial, ponerme una sábana misteriosa y luego NO TOCAR NADA NUNCA MAS ANTES DE ENTRAR A PABELLÓN. PERO NADA!
Fuera de la histeria pabellonística, todo parecía ir bien, Rodrigo que venía en camino, llegaría a tiempo para estar conmigo antes de que me metieran a pabellón, mi mamá, ya estaba por llegar...
Entonces... cambio de planes.
-Vas a tener que ir a lavarte, te harán el eco y de ahí te vas a pabellón.
OK. No entré en pánico, total el eco se iba a demorar y mientras no estuviera, no había posibilidades de meterme a pabellón.
Me bañé con terror de tocar cosas, de no pasarme bien el jabón, de tocar cosas... sentía que cada descuido era la diferencia abrumadora entre salir viva del hospital y morir por una infección intrahospitalaria.
Cuando salí del baño pre paballonitisco llegó mi mamá. Ella tomó mis cosas, y antes de 5 minutos sentada llegó un paramédico a buscarme en la camilla de pabellón.
Las señoras de la sala me desearon suerte, bendiciones y todas esas cosas. Estaba tranquila, todavía debían hacerme un eco.
Ya en el sector del ecocardiograma, unos amables anestesistas hablaron conmigo, explicándome que no sentiría nada y esas cosas... En cuanto se fueron los anestesistas y luego de varios minutos escuchando a la gente comentar que el médico venía atrasado (el que debía hacerme el eco), y yo pensando "que se demora no más, así le da mas tiempo al Rodrigo de llegar de talagante"... de pronto llega gente a buscar y es que resultó que no me iban a hacer nah la eco, porque el médico andaba en reunión, se desocuparía a las 10 así que me iría a pabellón en ese instante.
Me sacan al pasillo, y yo mirando a todos lados, esperando ver a Rodrigo, pero solo estaba mi mamá.
El paramédico que me fue a buscar me ofreció hacer un poco de tiempo hasta que llegara, pero entonces vino uno de los cirujanos y me dice:
-No puedo hacer la mula, está el doctor ahí...
Comenzó el pánico. Por qué no llegaba? Empecé a decirle a mi mamá que lo llamara, ella comenzó a escribirle, con su velocidad de adulto mayor, yo estaba desesperada.
Afortunadamente faltaba mi ficha antes de llevarme a pabellón... el paramédico me dijo que iría a buscarla y que se tomaría su tiempo.
El tiempo que se tomó no fue suficiente... Rodrigo no llegaba, yo me iba a morir en el pabellón y no habría alcanzado a despedirme de Rodrigo, ese era el único escenario posible en mi cabeza sofocada por el pánico.
-No llore, si ya va a llegar.
Mas encima estaba llorando... me iba a morir en el pabellón y el último recuerdo mío de Rodrigo (si es que llegaba a tiempo) era de mi llorando... la idea de estar llorando solo me hacía llorar mas.
Finalmente escucho a mi mamá en la escalera gritando hacia el piso de abajo.
-Rodrigo! Acá!.
Me volvió el alma al cuerpo. Ya me podía morir tranquila en el pabellón.