jueves, 26 de mayo de 2016

De cómo fui Remedios la Bella



"Remedios, la bella, se quedó vagando por el desierto de la soledad, sin cruces a cuestas, madurándose en sus sueños sin pesadillas, en sus baños interminables, en sus comidas sin horarios, en sus hondos y prolongados silencios sin recuerdos, hasta una tarde de marzo en que Fernanda quiso doblar en el jardín sus sábanas de bramante, y pidió ayuda a las mujeres de la casa. Apenas había empezado, cuando Amaranta advirtió que Remedios, la bella, estaba transparentada por una palidez intensa.

-¿Te sientes mal? -le preguntó.

Remedios, la bella, que tenía agarrada la sábana por el otro extremo, hizo una sonrisa de lástima.

-Al contrario -dijo-, nunca me he sentido mejor.

Acabó de decirlo, cuando Fernanda sintió que un delicado viento de luz le arrancó las sábanas de las manos y las desplegó en toda su amplitud. Amaranta sintió un temblor misterioso en los encajes de sus pollerines y trató de agarrarse de la sábana para no caer, en el instante en que Remedios, la bella, empezaba a elevarse. Úrsula, ya casi ciega, fue la única que tuvo serenidad para identificar la naturaleza de aquel viento irreparable, y dejó las sábanas a merced de la luz, viendo a Remedios, la bella, que le decía adiós con la mano, entre el deslumbrante aleteo de las sábanas que subían con ella, que abandonaban con ella el aire de los escarabajos y las dalias, y pasaban con ella a través del aire donde terminaban las cuatro de la tarde, y se perdieron con ella para siempre en los altos aires donde no podían alcanzarla ni los más altos pájaros de la memoria. "





Así me sentí yo el año pasado, cuando me drogué con lsd. Porque si, soy una mujer drogadicta.

La verdad es que no, hace rato que no fumo, ni tomo, ni bailo apretado... bueno, si he bailado apretado, y he tomado... y creo que fumé la última vez que me junté con mis amigas de mi ex pega... pero como siempre, ese no es el punto.

La cosa es que el año pasado, por allá por enero, me drogué con lsd. No me drogué sola, me drogué con mi ex, y mi ex me dijo en primer lugar, que debía tener preguntas planteadas para el momento de drogarme, que tenía que hacer esto, y aquello, pero sobre todo, que tenía que pensar, pensar mucho, porque tenía que intentar llevar las respuesta lo mas lejos posible, como para dejarle la pega fácil a la droga... o algo así debo haber entendido yo, o es lo que recuerdo, y como los recuerdos no se guardan como en un grabadora sino que mas bien se vuelven a formar cuando una los invoca, es probable que los esté distorcionando un poco... otra vez me estoy yendo por las ramas.

El punto es que debía pensar, y pensé, como Winnie the pooh, que es lo mejor que puedo pensar. Y ante la presión de que tenía que pensar, solo pensé huevadas y no llegué a ninguna parte.

Y llegó el momento drogo y yo estaba esperando encontrar las respuestas a todas mis preguntas, y me preguntaba cosas, que me había preguntado de forma consciente y no encontraba respuestas, porque todas esas preguntas conscientes en realidad no eran mías y las respuestas conscientes que había dado, eran mecánicas.


Y ahí estaba yo, sintiendo que estaba desperdiciando la droga mística que me daría todas las respuestas. Y de pronto una frase se repetía en mi cabeza "todo está bien, las cosas están bien, hay cosas que deberías cambiar, pero en general todo está bien".

Y yo tenía "peros" en mi "lado consciente" (de verdad esto se lee demasiado drogadicto), o mejor dicho, en el recuerdo de las cosas que me debía preguntar, y de pronto esta voz mística que era yo misma, se transformó en una especie de entidad mística dentro de mi cabeza, que estaba de lo mas relajada pero que quería hacerme entender que las cosas estaban bien, que debía estar bien, que por favor entendiera que toooodo estaba bien. Y en retrospectiva pensaba, que si era pa sentirme así, mejor me hubiera fumado un pito no mas.

Y mientras sentía este contacto místico drogadicto con esta entidad que en parte era yo misma y que daba la impresión de tener todos los secretos del universo, sonaba una canción en el fondo, y mientras sentía que la canción iba a terminar, sentía también que me alejaba de esta entidad misteriosa, mientras ella seguía intentando que yo entendiera que las cosas estaban bien, que lo entendiera de verdad, porque cuando se acabara ese estado, ya no lo podría volver a entender de verdad, ya no sería tan claro como en ese momento, solo sería un recuerdo y sería mas difícil de mantener.

Y entre medio, sentía como si me elevara, y recordé a Remedios, que se sentía mas bien que nunca, antes de irse y quise contarle a mi ex que me sentía así, pero él no leyó el libro, así que jamás lo iba a comprender.

Y se acabó la canción, y sentí pena y me puse a llorar, y me sentí ridícula, por estar llorando... estaba drogada, no debía llorar.

Después supe que el llanto de drogadicto era algo normal.

Y hace unos días, comprendí realmente y a fondo lo que quiso decirme esa entidad misteriosa que era yo misma, atrapada dentro de mi cerebro, golpeando el cristal reforzado que he ido forjando con los años... y es que todo está bien...

No, no es eso no mas, es el hecho de que nunca estuve tan mal como lo creí, o como el mundo quiso hacerme creer, que en realidad no soy la persona mas amargada y con menos iniciativa del mundo, la verdad es que no se va a acabar el mundo si no hago algo grande con mi vida, que no es necesario, que lo único necesario en mi vida es estar tranquila y contenta y que no debo dejar que nadie me haga creer lo contrario. Y si algún día, llego a sentir un vacío en mi vida, por no estar curando el cáncer o cualquier otra cosa, pues lo mas probable es que haga algo al respecto, pero mientras... todo está bien.

cosas que odio

Me carga la gente que escribe cosas como "iwal". En serio ¿qué les pasa? Se me imagina que se les cae la baba cuando hablan... me enferma un poco.

Así es, he vuelto, pero en forma de fichas.

domingo, 22 de mayo de 2016

De por qué hago una entrada cuyo título es mas largo que su contenido

Porque es divertido. Fin.

De por qué las películas son mejores que los viajes



No es cierto, la verdad es que ambas cosas son buenas, únicas e irrepetibles. Cada cual tiene su lado bueno y no tienen por qué pelear. Pero para viajar necesitamos tiempo y dinero.


Yo, como que no soy muy sociable... o tal vez si, pero antes era peor. Antes odiaba a la humanidad y no me importaba, luego seguí odiando a la humanidad, pero descubrí que eran como las abejas: me dan miedo, pero son necesarias, y quise hacer un esfuerzo.


En paralelo me dijeron que una buena forma de tener temas de conversación, era teniendo viajes. No solo eso, sino que además debían ser viajes donde el riesgo de que las cosas salieran mal fuera relativamente alto, porque si algo no sale mal, entonces no hay anécdota para compartir. A nadie le interesa si viste una ballena mientras ibas en barco, lo que quiere el público es escuchar sobre como casi te moriste de hambre en la patagonia.


"Desafortunadamente" no he vivido ninguna de las dos cosas... bueno, una vez pasé hambre, pero juré con dios como mi testigo que nunca mas volvería a pasar hambre. Y si no me creen, pueden ver el momento exacto en que lo hice acá.


Lo que me lleva al tema central: películas.


Según wikipedia, una película es "una obra de arte cinematográfica, la cual narra de una manera audiovisual, una historia o un hecho. Como por ejemplo, la historia de un niño que desafió a su profesor... un niño que resultó ser Albert Einstein".


Ahora, hablando (técnicamente escribiendo) en serio, descubrí algo sumamente increíble, y es que las películas también generan temas de conversación y que ir a ver películas también genera temas de conversación. Como por ejemplo, cuando fui a ver el renacido, entraron unos niños flaites y nos preguntaron que quéeee película era la que iban a dar, les dijimos "El renacido" y los weones dicen "y cuaaal es esa". Y una con ataque, porque probablemente los pendejos se pongan a dar jugo toda la película. Y finalmente se quedaron, y la vieron, en silencio... está bien, no pasó nada, y a nadie va a divertir esta historia... Pero por ejemplo está aquella vez que volvimos a la casa después de ver Deadpool y encontramos a mi mamá llorando... Ok. Esa no es una buena anécdota, pero es algo que ocurrió y que le puedo contar a la gente ya que carezco de filtro y ubicación social.


Y bueno, no a todos les gustan las películas, así que no todos van a estar interesados en hablar respecto a eso. Pues que se jodan, si alguien tiene ganas de conversar si inventará un tema, o llevará tu latero discurso de por qué X-men apocalipsis es la mejor película en lo que va del año a un tema que le interese a el(la), porque finalmente, el conversar es un tema de responsabilidad compartida.


Ver películas con alguien refuerza los lazos, crea temas entre los involucrados y un montón de clichés. ¿Para qué voy a recordar la vez que quedé atrapada en el gran cañon y tuve que cortarme un brazo si puedo ver a James Franco hacerlo y comentar lo bien lograda que está esa escena. Tuve que vivir 27 años, cuestionarme un millón de cosas, rabiar, llorar, sentirme mal conmigo, odiarme, amarme, tolerarme, sudar e incluso sangrar, para llegar a la genial e impredecible conclusión de que me gustan las películas, los lápices y la vida familiar.

jueves, 19 de mayo de 2016

De por qué no debe preocuparnos la tecnología (ni la enajenación)

No sé por donde empezar, ni donde terminará ésta entrada, pero acá voy.

El otro día se subió un "jijó" al metro. Se puso a decir que lamentaba interrumpir los whatsapp y los twitter de la gente, como si todos lo que no lo queríamos ahí era simplemente porque estabamos enajenados en la tecnología y no queríamos apreciar la belleza del mundo real. Lo que al parecer ignoraba éste hombre, es que su música era penca y cae mal que quieran chantartela con un amplificador. Y si, lo digo a propósito invocando el doble sentido.
Y ayer, escuchaba yo un programa de radio, donde una gente se pone a hablar un tema diferente cada día. Ayer, era sobre las redes sociales.
Criticaban a las redes sociales en base a las cosas que hacía la gente en éstas, como si estos comportamientos no fueran una simple extensión del comportamiento humano. Criticaban a aquel que se muestra bien en facebook a pesar de no estarlo y yo pensaba en todos aquellos que fingen lo mismo frente a personas tridimensionales.
Y yo, yo puedo estar sumergida en el whatsapp, pero no estoy hablando con androides, estoy hablando con seres humanos especiales, único e irrepetibles... finalmente mi comportamiento, no es mas que una extensión de la necesidad humana de comunicarnos, de interactuar con otros seres humanos. No los toco, no los escucho, no siento respiraciones... etc. pero para eso está la junta real, pero entre medio, está el complemento, la belleza de ver a un perro lamiendose el trasero y poder comentárselo inmediatamente a una persona, como si estuviera al lado tuyo, como si fuera caminado contigo en ese mismo instante. No es mas que la materizalición de un deseo que ha tenido la humanidad desde sus orígenes, y que en algún momento simplemente lo llenaron con religión: el deseo de sentirse acompañados en todas partes.