"Remedios, la bella, se quedó vagando por el desierto de la soledad, sin cruces a cuestas, madurándose en sus sueños sin pesadillas, en sus baños interminables, en sus comidas sin horarios, en sus hondos y prolongados silencios sin recuerdos, hasta una tarde de marzo en que Fernanda quiso doblar en el jardín sus sábanas de bramante, y pidió ayuda a las mujeres de la casa. Apenas había empezado, cuando Amaranta advirtió que Remedios, la bella, estaba transparentada por una palidez intensa.
-¿Te sientes mal? -le preguntó.
Remedios, la bella, que tenía agarrada la sábana por el otro extremo, hizo una sonrisa de lástima.
-Al contrario -dijo-, nunca me he sentido mejor.
Acabó de decirlo, cuando Fernanda sintió que un delicado viento de luz le arrancó las sábanas de las manos y las desplegó en toda su amplitud. Amaranta sintió un temblor misterioso en los encajes de sus pollerines y trató de agarrarse de la sábana para no caer, en el instante en que Remedios, la bella, empezaba a elevarse. Úrsula, ya casi ciega, fue la única que tuvo serenidad para identificar la naturaleza de aquel viento irreparable, y dejó las sábanas a merced de la luz, viendo a Remedios, la bella, que le decía adiós con la mano, entre el deslumbrante aleteo de las sábanas que subían con ella, que abandonaban con ella el aire de los escarabajos y las dalias, y pasaban con ella a través del aire donde terminaban las cuatro de la tarde, y se perdieron con ella para siempre en los altos aires donde no podían alcanzarla ni los más altos pájaros de la memoria. "
Así me sentí yo el año pasado, cuando me drogué con lsd. Porque si, soy una mujer drogadicta.
La verdad es que no, hace rato que no fumo, ni tomo, ni bailo apretado... bueno, si he bailado apretado, y he tomado... y creo que fumé la última vez que me junté con mis amigas de mi ex pega... pero como siempre, ese no es el punto.
La cosa es que el año pasado, por allá por enero, me drogué con lsd. No me drogué sola, me drogué con mi ex, y mi ex me dijo en primer lugar, que debía tener preguntas planteadas para el momento de drogarme, que tenía que hacer esto, y aquello, pero sobre todo, que tenía que pensar, pensar mucho, porque tenía que intentar llevar las respuesta lo mas lejos posible, como para dejarle la pega fácil a la droga... o algo así debo haber entendido yo, o es lo que recuerdo, y como los recuerdos no se guardan como en un grabadora sino que mas bien se vuelven a formar cuando una los invoca, es probable que los esté distorcionando un poco... otra vez me estoy yendo por las ramas.
El punto es que debía pensar, y pensé, como Winnie the pooh, que es lo mejor que puedo pensar. Y ante la presión de que tenía que pensar, solo pensé huevadas y no llegué a ninguna parte.
Y llegó el momento drogo y yo estaba esperando encontrar las respuestas a todas mis preguntas, y me preguntaba cosas, que me había preguntado de forma consciente y no encontraba respuestas, porque todas esas preguntas conscientes en realidad no eran mías y las respuestas conscientes que había dado, eran mecánicas.
Y ahí estaba yo, sintiendo que estaba desperdiciando la droga mística que me daría todas las respuestas. Y de pronto una frase se repetía en mi cabeza "todo está bien, las cosas están bien, hay cosas que deberías cambiar, pero en general todo está bien".
Y yo tenía "peros" en mi "lado consciente" (de verdad esto se lee demasiado drogadicto), o mejor dicho, en el recuerdo de las cosas que me debía preguntar, y de pronto esta voz mística que era yo misma, se transformó en una especie de entidad mística dentro de mi cabeza, que estaba de lo mas relajada pero que quería hacerme entender que las cosas estaban bien, que debía estar bien, que por favor entendiera que toooodo estaba bien. Y en retrospectiva pensaba, que si era pa sentirme así, mejor me hubiera fumado un pito no mas.
Y mientras sentía este contacto místico drogadicto con esta entidad que en parte era yo misma y que daba la impresión de tener todos los secretos del universo, sonaba una canción en el fondo, y mientras sentía que la canción iba a terminar, sentía también que me alejaba de esta entidad misteriosa, mientras ella seguía intentando que yo entendiera que las cosas estaban bien, que lo entendiera de verdad, porque cuando se acabara ese estado, ya no lo podría volver a entender de verdad, ya no sería tan claro como en ese momento, solo sería un recuerdo y sería mas difícil de mantener.
Y entre medio, sentía como si me elevara, y recordé a Remedios, que se sentía mas bien que nunca, antes de irse y quise contarle a mi ex que me sentía así, pero él no leyó el libro, así que jamás lo iba a comprender.
Y se acabó la canción, y sentí pena y me puse a llorar, y me sentí ridícula, por estar llorando... estaba drogada, no debía llorar.
Después supe que el llanto de drogadicto era algo normal.
Y hace unos días, comprendí realmente y a fondo lo que quiso decirme esa entidad misteriosa que era yo misma, atrapada dentro de mi cerebro, golpeando el cristal reforzado que he ido forjando con los años... y es que todo está bien...
No, no es eso no mas, es el hecho de que nunca estuve tan mal como lo creí, o como el mundo quiso hacerme creer, que en realidad no soy la persona mas amargada y con menos iniciativa del mundo, la verdad es que no se va a acabar el mundo si no hago algo grande con mi vida, que no es necesario, que lo único necesario en mi vida es estar tranquila y contenta y que no debo dejar que nadie me haga creer lo contrario. Y si algún día, llego a sentir un vacío en mi vida, por no estar curando el cáncer o cualquier otra cosa, pues lo mas probable es que haga algo al respecto, pero mientras... todo está bien.
Así me sentí yo el año pasado, cuando me drogué con lsd. Porque si, soy una mujer drogadicta.
La verdad es que no, hace rato que no fumo, ni tomo, ni bailo apretado... bueno, si he bailado apretado, y he tomado... y creo que fumé la última vez que me junté con mis amigas de mi ex pega... pero como siempre, ese no es el punto.
La cosa es que el año pasado, por allá por enero, me drogué con lsd. No me drogué sola, me drogué con mi ex, y mi ex me dijo en primer lugar, que debía tener preguntas planteadas para el momento de drogarme, que tenía que hacer esto, y aquello, pero sobre todo, que tenía que pensar, pensar mucho, porque tenía que intentar llevar las respuesta lo mas lejos posible, como para dejarle la pega fácil a la droga... o algo así debo haber entendido yo, o es lo que recuerdo, y como los recuerdos no se guardan como en un grabadora sino que mas bien se vuelven a formar cuando una los invoca, es probable que los esté distorcionando un poco... otra vez me estoy yendo por las ramas.
El punto es que debía pensar, y pensé, como Winnie the pooh, que es lo mejor que puedo pensar. Y ante la presión de que tenía que pensar, solo pensé huevadas y no llegué a ninguna parte.
Y llegó el momento drogo y yo estaba esperando encontrar las respuestas a todas mis preguntas, y me preguntaba cosas, que me había preguntado de forma consciente y no encontraba respuestas, porque todas esas preguntas conscientes en realidad no eran mías y las respuestas conscientes que había dado, eran mecánicas.
Y ahí estaba yo, sintiendo que estaba desperdiciando la droga mística que me daría todas las respuestas. Y de pronto una frase se repetía en mi cabeza "todo está bien, las cosas están bien, hay cosas que deberías cambiar, pero en general todo está bien".
Y yo tenía "peros" en mi "lado consciente" (de verdad esto se lee demasiado drogadicto), o mejor dicho, en el recuerdo de las cosas que me debía preguntar, y de pronto esta voz mística que era yo misma, se transformó en una especie de entidad mística dentro de mi cabeza, que estaba de lo mas relajada pero que quería hacerme entender que las cosas estaban bien, que debía estar bien, que por favor entendiera que toooodo estaba bien. Y en retrospectiva pensaba, que si era pa sentirme así, mejor me hubiera fumado un pito no mas.
Y mientras sentía este contacto místico drogadicto con esta entidad que en parte era yo misma y que daba la impresión de tener todos los secretos del universo, sonaba una canción en el fondo, y mientras sentía que la canción iba a terminar, sentía también que me alejaba de esta entidad misteriosa, mientras ella seguía intentando que yo entendiera que las cosas estaban bien, que lo entendiera de verdad, porque cuando se acabara ese estado, ya no lo podría volver a entender de verdad, ya no sería tan claro como en ese momento, solo sería un recuerdo y sería mas difícil de mantener.
Y entre medio, sentía como si me elevara, y recordé a Remedios, que se sentía mas bien que nunca, antes de irse y quise contarle a mi ex que me sentía así, pero él no leyó el libro, así que jamás lo iba a comprender.
Y se acabó la canción, y sentí pena y me puse a llorar, y me sentí ridícula, por estar llorando... estaba drogada, no debía llorar.
Después supe que el llanto de drogadicto era algo normal.
Y hace unos días, comprendí realmente y a fondo lo que quiso decirme esa entidad misteriosa que era yo misma, atrapada dentro de mi cerebro, golpeando el cristal reforzado que he ido forjando con los años... y es que todo está bien...
No, no es eso no mas, es el hecho de que nunca estuve tan mal como lo creí, o como el mundo quiso hacerme creer, que en realidad no soy la persona mas amargada y con menos iniciativa del mundo, la verdad es que no se va a acabar el mundo si no hago algo grande con mi vida, que no es necesario, que lo único necesario en mi vida es estar tranquila y contenta y que no debo dejar que nadie me haga creer lo contrario. Y si algún día, llego a sentir un vacío en mi vida, por no estar curando el cáncer o cualquier otra cosa, pues lo mas probable es que haga algo al respecto, pero mientras... todo está bien.