jueves, 29 de noviembre de 2018

Ahora que usted será Jabba

Si le preguntáramos a cualquiera de mi amigos new age (2), entonces dirían que una no tiene que decir esas cosas porque entonces las invoca.
Tengo un práctico ejemplo de que no.
Antes de mi segunda operación con amenaza de extracción completa de pulmón, hablábamos en mi reunión de cumpleaños sobre el CO2 (si, porque solo hablamos cosas importantes).
Una amiga decía que para no producir CO2 entonces teníamos que dejar de respirar.
Entonces Rodrigo dijo que todos deberían seguir mi ejemplo y sacarse un pulmón, quitándome las palabras de la boca.
-Vas a ser catalítica!- siguió mi amiga.
-No podre hacer ejercicio a lo mejor- le dije yo.
-Y va a estar medicado!!

Ella era la mas feliz con el tema.

Y resultó que no me tuvieron que sacar el pulmón... Yet.

Así que en base a ese evento único de mi experiencia personal, digo que la ley de la atracción es mentira. Confirmado por IP.

Ahora, luego de mi breve introducción procedo.
Esta semana comencé mi tratamiento de corticoides para achicar la masa trollera que tengo en el pulmón, en ese inconveniente lugar. Llevo medio día de tratamiento.
La cosa es que el médico me dijo que engordaré y que para engordar menos debo cuidarme, comer sano, moverme, esas cosas, que yo ya tenía planeadas cuando dejara la vida del apatronamiento pero como ya todos saben, la nación del fuego atacó y me tuve que operar y el dolor me puso triste y comí como chancha.
Ahora el dolor ha disminuido lo suficiente para convertirme en una persona bastante funcional, que puede lavar la loza y ordenar así que me siento menos desmotivada para dejar de comerme todo lo que se me atraviese.
Y bueno, me puse a buscar los efectos secundarios de la prednisona, y descubrí que se me pueden salir los ojos, así como le pasó a Daniela Campos, y que si a eso le sumamos una redistribución de grasa hacia la cara y el cuello... pues qué se puede esperar? Convertirse en Jabba.
Así que mi plan actual es... 1) cuidarme 2) Sacarme fotos ahora que soy joven y hermosa 3) intentar tomarlo con humor.
Y bueno, también se me comprometerá el sistema inmune y me enfermaré con todo, así que también me pusieron a tomar antibióticos y calcio.
Eventualmente bajaré la dosis, pero lo cierto, es que tengo para un par de años de efectos adversos, porque tomaré corticoide al menos un año y luego, los efectos disminuirán.
Pero no me importa tanto, considerando que me alegra la disminución del dolor y el hecho de que al fin puedo concentrarme en otras cosas mas banales y lejanas a la amenaza constante de la muerte.

sábado, 24 de noviembre de 2018

El odio por los vecinos

Es un clásico de ayer y hoy.
Lo cierto es que siempre he odiado a la gente. Bueno, no siempre, solo desde que tengo uso de razón y mi santa madre me ha inculcado tan noble tradición.
Me molesta el concepto en si de vecino, esa cosa de salir y encontrar gente que te es completamente indiferente pero que debe saludar. Y si, tengo mi saludo frívolo como mecanismo de defensa, pero molesta igual... eeew, gente.
Estando con dolor, con el brazo a medio mover, con la sensación de que el músculo de la espalda se te separa del resto del cuerpo y con un dolor de pulmón reventado cuando estornudas no ayuda con el odio al concepto de vecino.
En mi casa actual no suelo tener tanto ese problema, porque finalmente acá la gente no me conoce y como acá son casas y no una comunidad dentro de un enrejado, pues puedes ignorar completamente a todo el mundo.
Distinto es un edificio, donde vive mi mamá, donde cualquier persona que te encuentres dentro del territorio es propensa a querer saludarte.
Pero no es por eso que odio a mis vecinos actuales. Los odio porque son personas desconsideradas y hacen que quiera tirarles agua con la manguera.
Tienen la costumbre de meter bulla los viernes en la noche. Se ponen a carretiar y cuando están suficientemente borrachos, sacan un parlante, un acordeón o una guitarra al patio y se ponen a cantar, casi al lado de mi ventana (por una cosa de ubicación de vivienda). Tenemos dos opciones: canciones de mierda de karaoke que solo son divertidas cuando TU eres el borracho y estás metido en eso (pimpinela, paulina rubio, zalo reyes, marco antonio solis... etceeeeeetera) o cuecas y canciones de Illapu. Es increíble la cantidad de veces que he tenido que escuchar Sobreviviendo.
En éste último casi encontramos una tragedia peor, la tragedia de la gente que CREE que canta bien.
La gente que cree que canta bien es un mal que me ha atacado hace pocos años, que es esa gente que en efecto no canta bien, pero como creen que si lo hacen, cantan, para empezar, mas fuerte de lo normal.
Empezamos mal.
A esto súmenle toda la autoconfianza que tiene esa gente, así que con su propia engrupición comienzan a cantar con efectos de voz, como si de verdad estuvieran en un concierto. Cuando una quiere dormir eso no es divertido, como tampoco lo era en la oficina, cuando quería trabajar, porque si, en algún momento de mi vida si quise trabajar.
Y bueno, anoche, mientras esperaba con temor el desenfreno de mis vecinos, mientras pensaba  si sería peor el karaoke o las cuecas me encontré deseando en secreto que esa gente muriera y que la reunión resultara ser de una secta loca que decidiera suicidarse tomando veneno.
Entonces le encontré mas sentido a un momento divertido de los Simpsons.

Bueno, al final los vecinos se superaron a si mismos, porque no sacaron un parlante, ni una guitarra acustica, sino que un acordeón...
Pero no estuvieron mas de 5 minutos en el patio cuando decidieron entrar en su propia casa y dejar de meter bulla en el patio. Pude dormir.

lunes, 19 de noviembre de 2018

y ahora qué?

No encontré un título apropiado para esta entrada, porque tengo la mala costumbre de pensar los títulos antes de escribirlas, y luego no los puedo borrar... si tan solo existiera una tecla que permitiera hacer semejante cosa.
Lo cierto es que yo iba a escribir sobre lo deprimida que estaba, pero me puse a escribir sobre la risa. Así empezó Robbie Williams no? así se inspiró para escribir Rock DJ. No, la verdad es que me refería al otro, al que se llama Robin (llamaba).
¿Y por qué me doy el lujo de ser cruel? Porque soy una persona con dolor y los odio a todos, en especial al calor de mierda que me inflama mis heridas que ya son cicatrices y me duelen.
Lo cierto es que veo mucha depresión en mi futuro... relacionada con el dolor.
No solo con el dolor, sino que como el dolor no me deja hacer mucho, entonces me deprimo, porque ni siquiera las tediosas tareas domésticas me son posibles en su totalidad. Yo quería sacar los hongos del baño, dios santo! vengo fantaseando con eso desde julio!
Entonces pensamos en inmovilidad forzada y dolor y una ya se empieza a ir pa abajo rápidamente.
Y lo peor de todo es que ni siquiera puedo echarme a morir como la gente, porque no puedo estar una hora acostada en la misma posición porque ME DUELE!
Sin embargo, justo ahora, en estos momentos, con la bondades del ventilador, la noche que se ha llevado parte del calor y estos momentos sin dolor que estoy saboreando, me ha vuelto un poco del buen ánimo.
Y bueno, el folleto de "ahora que usted ha sido fileteado" decía que el ánimo es bastante variable en estos casos, por lo mismo, dolor, inmovilidad, la gente preocupada preguntándote constantemente si tienes dolor como si pudieran hacer algo al respecto. Y lo hacen, te acomodan los cojines, te consiguen marihuana, son awesome, pero una tiene un estado mental tan de mierda que finalmente no quieres que te hablen, que te llamen ni que te preguntes cosas, porque te dan ganas de decirles "por supuesto que me duele! me cortaron un músculo en la espalda y me metieron dos tubos, dios santo! lee el folleto!".
Pero la gente ya no es un problema a esta altura, que llamen y pregunten si quieren, el dolor es menos intenso en la actualidad.
Considerando esto, recurro al ejercicio mental que nació en mi probablemente cuando iba  a Lo Vasquez en bici pero que posiblemente estaba en mi cerebro desde antes, que es el ejercicio mental de "podrías tener este mismo nivel de cansancio pero podría faltarte mucho mas".
Así fue como en la mañana, mirando Suits (mi serie de depresión veraniega oficial, la empecé a ver el verano pasado y la dejé en el otoño y la retomé hace poco), como una mezcla entre zombie, vegetal y otras cosas malas, me puse a recordar la UTI, lo horrible que es la UTI, como cuando desperté de la anestesia y me dolía el brazo y aún faltaba tanto y en como podría estar agotada como me siento y estar apenas ahí... pero no estoy ahí, estoy en la comodidad del hogar caluroso, con un diagnóstico a medias que puede o no puede ser cierta enfermedad autoinmune de la que incluso diagnosticada se sabe poco...
Pero para que nos vamos a enfocar en lo malo, porque finalmente, es tal como Woody Allen dijo en una película "las palabras mas hermosas del mundo no son 'te amo' sino que 'es benigno'".
Me acordé que en mi segundo día en la UTI me dió una especie de ataque de angustia, porque claro, estaba yo sentada en la silla, me habían puesto de pie hace poco. Rodrigo había ido a hablar con el doctor para preguntarle cosas de mi. Entonces empecé a sentir como si no respirara lo suficiente, o como si se me fuera a detener el corazón.
Afortunadamente (o tal vez no, vaya una a saber), mis signos vitales estaban reflejados en la pantalla al lado de mi cama (ventajas de la UTI) y mi saturación estaba normal, al igual que mi ritmo cardíaco. ¿Qué mierda me pasaba?
Entonces me puse a pensar que recién había pasado mi primera noche en la UTI, que definitivamente me faltaba mínimo una segunda noche, con el baño de esponja a las 5:30 am, con el doloroso cambio de sábanas, con la gente que no te deja dormir, con las náuseas por los calmantes epidurales, con las visitas restringidas... y lo peor de todo, recién era la 1:30 de la tarde, faltaba una eternidad para el día siguiente, faltaba demasiado tiempo para todo! Y luego los drenajes ¿cuándo me los sacarían? Dios santo, faltaba una eternidad para todo, estaría para siempre ahí, y sintiéndome así, como en ese momento, como si no tuviera suficiente aire ¿cuánto iba a poder aguantar?
Intenté calmarme, respirar profundo, no tenía sentido sentirme ahogada si no lo estaba realmente... al final llamaron a la enfermera que tuvo la brillante idea de acostarme de nuevo en la camilla. Santo remedio, me había bajado la presión. No lo suficiente para ver puntitos pero si lo suficiente para causar un leve malestar.
Y ahora pienso en ese momento y claro, ahora estoy harto mejor, en la casa nadie me hincha las pelotas y puedo ir al baño sin pedirle nada a nadie.
Ahora solo debo encontrar la forma de ganar dinero regularmente sin volver a apatronarme... y pronto, pero eso es un detalle, no?

De lo cómico

Primavera... en estos días está siendo un verano cualquiera, un enero cualquiera. 34 grados, ¿cuándo se ha visto? Si, en enero.
En mi país, hace unos años atrás, surgió un personaje en un programa de comedia que tenía su propio bloque. Era un hombre recién operado al que visitaban humoristas y lo hacían reír, haciéndolo sufrir todo el rato, mientras el pobre personaje se retorcía de dolor y exclamaba entre risas "Uy, la herida!".
Fue así como terminó una foto de ese personaje en mi grupo de whatsapp y se me hizo la vida mas horrible. Porque teniendo un referente tan potente en el colectivo de la gente, es bastante fácil hacer hacer chistes. Ya es bastante hacer chistes cuando alguien en el grupo no debería reírse porque duele como el diablo, imaginen si la buena televisión nos proporciona UN PERSONAJE que abarca y resume todo lo tragicómico de la situación en una sola expresión "La herida!".
Y es fácil hacer chistes sobre todas las cosas, porque la tensión cómica está latente ahí todo el tiempo.
Me convertí en mi peor enemigo, diciendo las mismas estupideces que suelo decir, pero esta vez condimentadas con la agravante de no poder reírse.
Además el dolor igual causa un poco de risa nerviosa.
Mas de una vez me encontré a mi misma apretándome las costillas, temiendo que el pulmón se me pudiera reventar incluso, pero diciendo "valió la pena!" causando mas risa a mi alrededor.
Pero esto nos enseña cosas sobre lo que es cómico.
Wylie Sypher dice en su libro "Los significados de la comedia" que algo para ser considerado comedia no tiene que necesariamente ser gracioso, pero yo digo que ese caballero es un amargado. También digo que en eso se deben amparar varios de aquellos que hacen horribles comedias.
No va al caso, solo quería parecer intelectual.
Ahora, ¿Qué ocurre con la comedia?
Bueno, me han contado que uno de los elementos que hacen que algo sea cómico, es la sorpresa. Es decir que cuando esperas que algo sea una forma pero ocurre de otra, puede ocasionar risa en el espectador, probablemente como mecanismo de defensa del cerebro para procesar novedades. Me llevó a pensar que cuando algo es gracioso una tiende a recordarlo mas y que por eso podemos aprendernos una cantidad descomunal de frases de Los Simpsons. Nada tiene que ver haber visto los capítulos dos millones de veces.
Por ejemplo, cuando llevaba como una semana de alta, Rodrigo estaba tirándo dardos contra un blanco en la casa, y vió el aparato que tengo que usar para hacer mis ejercicios de soplado.

Tomó la máquina y comenzó a soplarla manteniendo las pelotas arriba. Sin dejar de hacer esto, recogió los dardos... hasta ahí, todo era esperable a su comportamiento, pero entonces decidió ir mas allá y sin dejar de soplar tiró un dardo.
Lo que yo no esperaba era que llegara tan lejos, así que me reí, dolorosamente.

Un factor importante para la comedia es también el sentimiento de pertenencia, o el sentir que el chiste se puede compartir. Esto también puede aplicar para otro orden de cosas, como la emoción, el fanatismo... qué se yo? no soy 100tifiko... cosas...
Así es como me ocurrió en mas de una ocasión una dice algo, sin pensarlo mucho y entonces alguien se ríe y te das cuenta de que lo que dijiste puede en efecto ser gracioso y de que era bastante estúpido en realidad.
En fin... aún no me puedo reír con libertad, pero al menos he desarrollado técnicas para que me duela menos.

miércoles, 14 de noviembre de 2018

Mi amigo el tramadol

El sábado me sacaron el drenaje y el lunes ya me estaban dando el alta. Pero a pesar de todo, no me sentí tan feliz como con el alta de mi primera operación, porque esta vez estaba menos confiada con el resultado, y porque ahora me dolía mas.
La primera noche no dormí tan mal, ya que estuve sentada y hasta desperté mejor que la primera noche de alta anterior, pero con el paso de los días, una ya tiene deseos de al menos poder acostarse de lado con desesperación.
Pero era complejo. Tengo un tajo en la espalda a la altura del hombro izquierdo, y en su momento, recién salida del hospital, estaba llena de parches apretados que solo me apretaban la piel sensible alrededor de las heridas.
Me habían recetado paracetamol, pregabalina y tramadol, pero a éste último le hice el quite, porque me dijeron que podía ser muy fuerte para el estómago y porque no quiero ser una adicta.
Pero luego de una semana de sufrimiento nocturno, cedí al medicamento, que se convirtió en mi mejor amigo.
Aunque no era suficiente. Mis días se divieron en fragmentos y yo me encontraba sentada esperando que pasaran y se llevaran el dolor eventualmente. Me levantaba a las 7 de la mañana, como los viejos que se levantan porque les duelen los huesos, esperando la hora del siguiente analgésico... que fueran las 8, que fueran los 2, que sean los 8 de la noche. Me acostaba solo para despertar dos horas después creyendo que había pasado mas tiempo, deseando el día siguiente, con miedo del dolor al levantarme pero con dolor constante estando inmóvil. Ni siquiera podía acostarme a deprimirme, porque también me dolía.
Viví la vida de un anciano, encontrando un poco de tranquilidad en la tarde durmiéndome frente al televisor... puteando a los niños que jugaban en la calle... Poco me faltó para ver Caso Cerrado.
Algunas noches simplemente me derrumbaba, y me ponía a llorar diciéndole a Rodrigo que todo el dolor probablemente no serviría de nada porque tal vez me iban a querer operar de nuevo en lugar de darme tratamiento. Él me decía que me calmara y que todo saldría bien y yo me descubría a mi misma agradeciendo sus pensamientos positivos. En momentos así, resulta alentador que alguien que te diga que todo estará bien, aunque tenga el mismo nivel de incertidumbre que tu. Es curioso, porque creo que yo jamás le he dicho semejante mentira blanca a nadie, porque siento que la otra persona me mandará a la cresta.
Así es como nos encontramos finalmente, en el día de control con la Dra. diciéndome que finalmente, ningún patólogo está seguro de lo que tengo, pero que al menos es 100% que no es cáncer. Así que con eso, me programaron una cita para otro médico que comenzará a darme tratamiento con corticoides.
Entre corticoides, quimio y neumonoctomía, podemos decir que los corticoides son como Bachelet.

Las segundas partes nunca son buenas...

Jean Passepartout, tal como dice en La vuelta al mundo en 80 días >>(...) En ninguna parte pudo echar raíces. Estuvo en diez casas, y en todas ellas los amos eran caprichosos, desiguales, amigos de correr aventuras o recorrer países, cosas todas ellas que ya no podían convenir con Passepartout<<.
Basicamente, estaba chato de andar para allá y pa' acá, así que cuando se entera de que Phileas Fogg, >>Un personaje cuya existencia era tan regular, que no dormía fuera de casa, que no viajaba, que nunca en un día siquiera, se ausentaba (...)<<, buscaca un criado, la oferta se le hizo mas que conveniente. 
Para allá partió el pobre a trabajar para este hombre tan regular y rutinario, con su cronograma diario prácticamente intachable, porque lo que mas deseaba el pobre Passepartout era el confort de una rutina. 
Lo que no pudo presagiar era que justo cuando entró a trabajar con su nuevo amo, en menos de un día, éste decide realizar la apuesta que genera el tema de la historia, y que llegaría diciendo que se irían de viaje, para demostrar que se podía dar la vuelta al mundo en 80 días. 

Me dió risa cuando lo leí en su momento, pero ya no fue gracioso cuando yo me convertí en Passepartout, huyendo de un trabajo que me incomodaba profundamente, buscando un mínimo de libertad para poder pensar en mi negocio, para poder empezar a moverme fuera de la oficina, cual Elsa decidiendo que los congelaría a todos, para disfrutar el descanso de una semana, que no fue un descanso real, porque ya el lunes de esa semana me avisaron que me operarían y luego, todo lo que vino después, los sustos, la UTI, el dolor.

Así fue como me encontré yo en mi viaje de 80 días. 
-Bueno, esto será mas doloroso que la operación anterior- me dijo el médico ayudante-. Existe también el riesgo de que se rompa una costilla en el procedimiento. 
Algo piola, tranquilizador. Pero lo bueno es que una no dimensiona bien el dolor que sentirá hasta que ya es tarde, te metiste en eso y no tienes como volver atrás. 
Ahí estaba yo finalmente despertando de mi segunda operación en menos de dos meses, no con uno, sino que con dos drenajes. Al primero médico que vi le pregunté si me habían sacado el pulmón, pero no lo sabía. Finalmente mi mamá fue a contarme que no habían querido sacarlo, porque no se justificaba. La dra que me operó fue a contarme lo mismo y cuando le pregunté si mis costillas estaban bien se sintió profundamente ofendida.
-¿Quién te dijo que te iban a quebrar una costilla? A mi no se me quiebran costillas.
Yo digo que es fácil decir eso cuando evidentemente no ocurrió. 

Lo bueno, es que en esta segunda oportunidad tuve que estar solo dos noches en la UTI y no 3, y no permití que me apoyaran sobre mis drenajes para cambiar las sábanas. 
Tuve que lidiar con una enfermera estúpida, que me llevó a pensar que es mejor una enfermera de trato cortante pero eficiente que aquella mujer, aparentemente amorosa, que fue a sacarme una muestra de sangre, apoyó mal las jeringas sobre un plástico sobre mi cama y manchó de sangre el libro que tenía planeado leer, que irónicamente resultó ser "A sangre fría". 
El libro finalmente no lo leí, porque mi mamá se lo llevó a la casa para limpiarlo y se le quedó en el uber. 
Justo cuando creí que me había liberado de las náuseas, bajé la guardia y comí jalea, para después vomitarla. 

Pensé que todo mejoraría cuando al fin bajé a la sala común. Llena de entusiasmo pedí una silla de ruedas y puse los dos drenajes sobre ésta para salir a caminar, porque lo que te dice todo el personal médico es que debe moverte para que el pulmón se vuelva a inflar. Soplaba un aparato con 3 pelotitas para ejercitar los pulmones, lograba levantar una. 
Mas triste fue aún cuando una señora de unos 50 años, tan recién operada como yo, lograba levantar 2 pelotitas. 
La cuarta noche fue del terror. Me dolía el estómago y no lograba ponerme cómoda para dormir. Habré dormido unas 2 horas en total, variando entre el dolor de estómago y el dolos de los tubos clavados en mi pulmón. No me importó, total probablemente al día siguiente me sacaran al menos un tubo. 
Pero después de la radiografía de ese día, llega un médico alarmado a decirme que debo hacer ayuno desde ese momento. 
-Ocurre que la radiografía de hoy está mas fea que la de ayer, y la de ayer está mas fea que la de anteayer... así que...- "ctm, me van a operar de nuevo" pensé -. Te haremos un escaner, porque puede que el líquido se haya estancado y tengas una neumonía o que esté inflamado...
El delicado médico era el mismo que me amenazaba con quebrarme las costillas. 
El ayuno incluyó no tomar mis preciosos medicamentos contra el dolor, por lo que llegó un momento en que estuve pal pico, entre la desesperación de que tendría que estar con los drenajes por mas tiempo del que creía y el dolor, de pronto todo valió verga.
Entonces tuve que ir a hacerme el escaner y todo fue peor, porque tuve que poner mis brazos en una posición dolorosa y solo fue un mar de lágrimas cuando volví a mi camilla. Los odiaba a todos. 
Finalmente, como dos horas después, una enfermera buena onda me dijo que el escaner había salido bien, porque al menos el doctor no había dejado indicaciones de nada. Public people. 
Entonces, llegó el día siguiente, y los cirujanos de turno me sacaron el drenaje mas doloroso, porque el escaner había salido bien. 
Con el drenaje mas doloroso, se me fue la mitad del odio y la rabia con el mundo, pero yo ya había tomado una decisión: fuera cual fuera el resultado de la biopsia, no aceptaría una nueva operación el pulmón. 
Y la hablé a mi pulmón porque me puse new age "loco, estamos juntos en esto y tu te quedas conmigo".