miércoles, 24 de junio de 2020

La curva de la resignación

Hace años atrás, estuve una semana creyendo que tenía angiosarcoma. Yo, jurando que todo el mundo había visto House MD igual que yo, agarraba un tono dramático y lleno de pausas para decirle a mis seres queridos "lo mas probable es que tenga un angiosarcoma". Podía escuchar el sonido del violín dramático al final de mi frase y luego el rayón de disco cuando el merme del otro lado del teléfono me decía "que es eso?". Les faltaba agregar "se come?". 
UN CANCER CTM, UN CÁNCER! Grave, raro y turco.
Pero eso fue porque el primer médico que me vió era un idiota y no fue capaz de comparar el escaner de esa fecha con el del año anterior, cosa que si hizo la buena cirujana de tórax la semana siguiente, donde vió que la masa misteriosa en el pulmón ya estaba del 2016 y de ahí al 2017 un angiosarcoma me habría matado. Así que el que estuviera viva y coleando, era evidencia de que era muy poco probable que fuera un angiosarcoma. Podía ser cáncer aún, pero al menos era menos agresivo.
Pero entre ambas noticias tuve una semana de meditación y melodrama, de mi viviendo cada día como si fuera el último, pero como Homero Simpson, llorando porque iba a morir. 
Me acuerdo que quise dármelas de Walter White y tuve toda la intención de no decirle nada a nadie, hasta que pudiera levantar mi propio negocio de metaanfetamina, pero llegando a la casa veo a Rodrigo y me desmorono llorando, que puedo tener cáncer, que me voy a morir en 6 meses. 
A mi mamá y a mi suegra no les mencioné el cáncer, y mi amiga mas cercana al parecer no retuvo la información, porque hace un par de meses hablábamos sobre el tema y ella no recordaba de la amenaza constante del cáncer. Bueno, fue una de las que me dijo "que es eso?" cuando le hablé de angiosarcoma. 
Me acuerdo que en esa semana fuimos dos días donde mis suegros, y cuando viajábamos de vuelta, Rodrigo me decía "qué haremos para las vacaciones?", que iban a ser en varios meses mas, y yo pensaba "tal vez no esté viva para las vacaciones". Y así, pensando cosas melodramáticas todo el tiempo. Tan exagerada yo, no?
Y bueno, la cosa es que con todo aquello tuve que verme frente a frente con la visualización de mi propia mortalidad, cosa que una siempre sabe pero que ignora. Porque en realidad, es fácil morirse, se puede caer un auto encima y fuiste buena, pero una no vive pensando en eso, porque bueno, nos volveríamos locos. Y en la vida real la amenaza del cáncer no es como en las películas, donde rápidamente te hacen un examen y te dicen si tienes cáncer o no, o si el tumor es benigno, y si es maligno hasta te dicen cuántos meses te quedan de vida y entonces tu puedes planificarte. "Uy, si, alcanzo a escribir mis memoria, podré hacer un emprendimiento o terminar un proyecto porque en realidad no me faltaba el tiempo, solo la disciplina" y esas cosas. Pero en la vida real no es así po, de hecho, entre que me dijeron que podía tener un angiosarcoma hasta que finalmente me operaron para decirme "en realidad no sabemos lo que tienes, pero cáncer no es así que te daremos corticoides por si se te quita con eso" pasó un año. Un año de "creemos que no es cáncer", "parece que no es cáncer", "estamos seguros de que no es cáncer... bueno, casi seguros", "en los exámenes de imagen no sale nada, es probable que tengamos que operar", "en la biopsia rápida no salen células cancerígenas", "bueno, no tenemos suficiente muestra para saber bien qué es, así que tendremos que operarte de nuevo... pero no es cáncer", "nadie sabe lo que tienes, ni el patólogo mas patólogo de chile... creemos que es eso que dijimos al principio, que no es cáncer". Y así.
Esto se tradujo en que estuve un año creyendo que algo potencialmente mortal crecía en mi y luego estuve un mes creyendo que perdería un pulmón entero. 
Y luego de todo eso aparece un virus potencialmente mortal, terriblemente virulento y que no sabemos como va a funcionar en el organismo de cualquiera de mis cercanos y el mismo mío. Pero prefiero pensar que todo el hueveo de creer que tenía cáncer y de visualizar mi mortalidad, me entrenó para tomarme con andina toda esta situación que tiene estresado al mundo, por decirlo menos, y de aprender a evadir la idea de que uno se va a morir con gracia, mediante la superficialidad y la evasión de la realidad. Así que en rigor, estoy mas preparada mentalmente mas que todos ustedes, suckers!

  

martes, 9 de junio de 2020

De las culpas

Ayer tuve que ir al hospital, porque como el médico me dió anticoagulantes en septiembre/octubre (ya no me acuerdo en realidad) y los anticoagulantes requieren control mensual, porque según el nivel de coagulación me ajustan la dosis... la cosa es que tuve que ir al hospital salvador, a que me pinchen y luego me den los remedios.
Así que acá estoy, contando 14 días... again.
Pa mas cacha, me citaron de nuevo para comienzos de julio, así que habré contado 14 días y habré descansado como una semana para luego volver al hueveo en el hospital. 
Y entre medio probablemente tendré que contarle los 14 días a alguien mas. 
Llegué a un punto de agotamiento del que me está costando recuperarme para hacer las cosas divertidas, porque al final la weaita de andar lavando todo lo que ingresa a la casa y andar lavando todo en general termina agotando. 
El paseo por el hospital ya agota, no solo porque es un hospital, sino porque la gente es gente y no cambian sus hábitos por una simple pandemia, y los weones que no respetaban el espacio del resto antes tampoco lo hacen ahora, total, andan con mascarilla. 
Igual ayer fue menos agotador que a fines de abril, porque ahora yo andaba con mascarilla y escudo facial improvisado, que si bien no me permitió ver nada porque se me empañó y no lo quise tocar hasta que estuve lejos de la gente, me ayudó a sentirme menos irritada cuando algún weón se paseaba a menos de un metro de distancia de mi. 
En twitter vive cual levadura en el refri la eterna discusión de "la culpa es de la gente" v/s "la culpa es del gobierno" y en realidad la discusión misma, ya sin meterme, me molesta profundamente.
Bueno, yo soy partidaria de que la culpa es de gobierno, porque como buena comunista (único concepto concebible para cualquier que no apoya ciegamente al gobierno en estos días, porque la unidad y la cacha de la espada) que quiere todo gratis y solo culpa a los demás por sus fracasos, obvio que le iba a echar la culpa al gobierno. 
Lo cierto es que me molesta el formato de discusión de twitter, porque, como toda red social, aspira a arreglar al mundo en 180 caracteres, lo que genera puros argumentos tajantes que funcionan como una suerte de trinchera de conversación. 
Y pienso, weón, ésta gente no fue al colegio? A mi en historia, siempre que nos hablaban de un hecho histórico, nos daban una lista de factores que influyeron en el proceso y siempre enfatizaban en que las cosas no se ocasionaban por un solo evento. 
Pero pareciera que para el weón de twitter la revolución francesa fue porque María Antonieta mandó al pueblo a comer tortas (cosa que al parecer la chiquilla nunca dijo). 
Si en twitter se discutieran las causas de la primera guerra mundial, la discusión estaría entre "esto es culpa de la Mano negra por atacar al archiduque" v/s "la culpa es del archiduque por morirse". 
Me irrita la discusión, porque la veo cada vez que me meto a twitter, en búsqueda de otras noticias. Y es que es una paja meterse a las páginas de los diarios porque te tapan la pantalla con publicidad a cada rato, por simplemente mirar titulares. La única página decente es la BBC, pero que me informa de cosas terribles como la elefanta que se murió por comer una piña con explosivos. 
La cagaita con el covid en chile, como todo, tiene muchos factores, de los cuales la mayoría son una gran parte culpa del gobierno. 
Respecto al llamado a la normalidad la gente dice puras estupideces, como que por ejemplo, que todos somos seres humanos muy autónomos y que no estamos obligados a salir porque el gobierno lo dice. Porque a muchos les gusta vivir en esa eterna ilusión de autonomía y libertad, donde no existen cosas como la presión social o la amenaza de perder la pega, por dar un ejemplo. 
Es cierto que mucha gente salió a pesar de los llamados, las amenazas de fiscalización y las fiscalizaciones mismas, pero no se le puede atribuir esa actitud generalizada al egoísmo propio de cada persona o a un individualismo que se ha creado por generación espontánea. 
Lo cierto es que, lamentablemente, solo podemos especular cómo habría sido el comportamiento de la población en chile ante un llamado serio de parte del gobierno a no salir y a cortar el hueveo, porque en realidad no fue algo que se haya presentado a tiempo. Ahora, el gobierno hace spots apelando al miedo, porque es lo único que conoce la derecha, la amenaza, la promesa de un castigo por las acciones, el afrodisíaco de los fachos: la mano dura. 
No salgas de casa porque el próximo puedes ser tu. 
Creo que es lo mejor que se puede esperar de un gobierno de derecha en realidad, porque es su visión del mundo, la vida bajo la coerción y la amenaza. 
 

lunes, 1 de junio de 2020

Cuarentena semana algo

Tuve mi primer progreso en yoga, que fue básicamente poder poner el pie entre las manos luego de hacer el perro boca abajo... ustedes saben, yoga. Previo a eso, hice una rutina que me tuvo con las piernas adoloridas tres días, y como no tengo la mas puta idea de como funciona el cuerpo, deduje que las piernas se me estiraron y por eso dolieron tanto. Si sigo así obvio que podré jugar básquetbol. 
Hablando de cosas que se pueden hacer, me estaba dando cuenta el otro día, de que yo soy muy buena para juzgar a la gente que no puede hacer lo mismo que yo.
O sea, no solo que no puedan hacer las mismas cosas que yo, sino que cuando nos encontramos en momentos críticos, simplemente se desentiendan de la situación diciendo "es que a mi no me gusta hacer eso".
Me acordaba puntualmente de una situación particular.
Hace años atrás, se murió una tía lejana. Iba en lo mejor caminando al sillón, le dolió la cabeza y cayó al piso. Llegó toda la familia a la casa, mientras la pobre mujer seguía tendida en el piso, con su ropa de trajín que no es apropiada para irse en el cajón. 
Llegó una prima de mi tía quien básicamente tomó las riendas de la situación, y mi mamá se sintió responsable así que también decidió participar en el poco grato proceso de cambiar de ropa a la difunta tía. Y yo no iba a dejar a mi mamá sola con semejante y dolorosa labor, mal que mal, ella quería mucho a su prima. 
Sin embargo, una tercera tía, que trabaja en la salud, huyó, con la célebre expresión, de que a ella no le gustaba eso. 
Y yo no podía evitar pensar, al igual comentó mi mamá después "pues fíjese que a nosotras nos encanta cambiarle la ropa a los cadáveres!". 
Yo no sabía con qué me iba a encontrar empiluchando a mi difunta tía, además de encontrarme con toda esa cosa mística de que a lo mejor la señora no quería ser vista en esas condiciones. Además del poco grato recuerdo de los apuntes de criminalística, que señalaban que cuando uno se muere, se "relajan los esfínteres" y si una no ha ido al baño, pues simplemente te cagas. ¿Cómo se va a morir con dignidad así?
Y bueno, yo ahí, con mis miedos secretos que jamás expresé en público, sin saber nada, participé en la labor que resultó ser menos horrible, porque soy mejor persona que mi tía. 
También me irrita un poco el mismo criterio de "no haré esa weá porque no me gusta" en todo orden de cosas, como "no me gusta ir al banco", o los hospitales, o los cementerios o todos esos lugares que implican algo tedioso o triste. 
En fin, amanecí vieja chota hoy