Con el coronavirus una ha pasado por diferentes posturas, desde el conspiranoide hasta una nueva mutación que se ha desarrollado en mi ahora último.
Y es que los cuicos qlios me han despertado una odiosidad de niveles desproporcionados, un odio que no sentía desde que era facha y odiaba a los imputados menores de edad que salían en las noticias, por allá por el 2007-2008.
Porque una se entera de un cuico qlio que después de hacerse el exámen del coronavirus se va a otra región, a un matrimonio, luego resulta positivo y ahora, para mas cacha, no se digna a informar dónde estuvo metido porque eso de colaborar con la justicia al parecer es cosa de rotos; que no se molestó en saber el resultado del exámen, porque eso de "con todo sino pa qué?" es cosa de comunistas... Una se entera de esas cosas y una parte irracional y visceral hace que te den ganas de que lo metan preso y reciba las penas del infierno... venganza antes que precaución.
Luego una vuelve a la racionalidad y piensa que no sirve de nada el weón preso, mas que para contagiar al resto de la cárcel.
Tal vez así si que si empezó en Venezuela, se acrecentó el odio a los cuicos.
Ahora, fuera de broma (porque tal vez una a esta altura no debería bromear), me volvió el tiritón de párpado, cosa que no me daba desde que vivía en apatronaje, con gente que llamaba por teléfono para echarme la foca.
Es que mi mamá se pasó un poco por la raja la cuarentena. Tenía motivos, pero algo que pudo haber hecho en una salida, lo hizo en 3, quitándole todo sentido a hacer la cuarentena con ella.
Mirando twitter, me di cuenta de que no era la única persona en el país que padecía el infantilismo del adulto mayor, que igual quiere salir, que no ve la gravedad del asunto, que... de verdad no entiendo, habiendo tanto matinal alarmista...
En fin, se supone que ya no va a salir mas.
Yo tenía mas cosas para escribir, pero ya las olvidé.
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