La semana pasada fui a un encuentro de talentos emergentes, emprendedores madres y padres a la vez.
Yo iba mas con la idea de que era una cosa de emprendedores pero al segundo día caché que iba mas por la cosa del arte emergente y esas cosas que no me interesan.
O sea, no es que no me interesen porque soy de la idea de que todo debe producir, pero como yo no sé tocar instrumentos ni componer música, me siento demasiado alejada de ese tipo de creatividad.
Dicho ésto, prosigo.
Entonces, fui a escuchar charlas de gente interesante y gente, no tanto. Me quedé con varias historias, pero la que mas me impactó, fue la de una mujer que con su pareja se dedican a hacer bolsos y otras cosas con desechos. Desechos como los carteles del cine, o el pvc de los letreros publicitarios.
Lo impactante de esta mujer, es que haciendo bolsos en el patio de su casa, comenzó a exportar sus productos.
Y dentro de la gente no tan interesante había un publicista zorrón que iba muy bien hablando de la creatividad, de que había rebotado en tres agencias publicitarias en chile porque solo hacían comerciales horribles que todos odian, que se fue a argentina donde hizo su obra maestra que mas le enorgullece: un comercial de cerveza que nos recuerda que el público objetivo de la cerveza barata son hombres que se quieren cagar a las mujeres de alguna forma, como ocurre en chile con los comerciales de Escudo... So close, man!
Y bueno, cuando ves tanta gente bacán (dejando de lado al publicista zorrón, claro está) te baja mas aún la crisis existencial y el deber moral por hacer algo decente tu también. Pero junto con eso, llegué a la conclusión de que estoy aburrida y no sé qué hacer y al mismo tiempo, quiero hacer muchas cosas pero son tantas que me abruman... así que ahora, lo que parece ser el siguiente desafío es enfocarme en algo, solo que aún no decido qué será.
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