Hay momentos puntuales en que me encuentro haciendo mi trabajo, así, tal como es, y me lleno de una ansiedad cuática que me dice "loco, qué mierda haces acá? tu no deberías estar acá".
Y me visualizo a mi misma pintando un mural tipo capilla sixtina en la casa, o leyendo cosas (no sé por qué, pero me imagino pergaminos o libros gigantes como los que lee Sam en Oldtown), o dibujando tu idea de comic, o escribiendo tu idea de libro... o haciendo algo relevante para tu propia vida...
Luego, me acuerdo de que no tengo talento... y solo me quedo con que no estoy haciendo nada para mi y me meto al blog a desahogarme. El mantra es "ya te vas a ir".
Ya me puse fecha de retiro, mientras no ocurra nada que me oblique a hacer un gasto ridículo, la fecha queda fija.
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