viernes, 1 de junio de 2018

Vamos a decir que no ooooh!!


Si mi madre tuviera un blog, si supiera lo que es un blog, si supiera meterse a uno y leyera este título, me pegaría con la chala, porque eso es lo único que ha impedido que yo me vuelva una prostituta delincuenta: la violencia infantil.
No es cierto, mi mamá me ha malcriado lo suficiente para crear a la persona egoísta y mala onda que soy. 
Pero además... soy una persona a la que le cuesta decir "no". No sé es algo común en la gente, si es algo que me vuelve única y diferente, vaya a saber una.
No es que me de "cosa" decir que no, es mas bien que decir "si" se me ha vuelto un acto reflejo, entonces, para poder negarme a hacer algo normalmente lo que necesito es una preparación previa, mentalizarme con el "no".
Es por esto que estuve casi 6 meses bajando de la oficina (que está en piso 7 con el ascensor mas lento del universo) para irle a recibir la licencia médica a una mina que se encontraba con post natal. No a ella, a su pareja, que no era capaz de estacionar así que me avisaban cuando estaban cerca, y yo, cual weona, aceptaba bajar y me encontraba maldiciendo en la escalera mientras bajaba, pensando "do'h!" cual Homero.
El resto del mes lo olvidaba y de pronto llegaba de nuevo el día.
"Hola linda, como estás? que bueno que estés bien... puedes bajar a recibir la licencia porfa... muchas gracias, te pasaste, eres un amor..." etc. 
Finalmente, la última vez que bajé a recibirla, me mentalicé para el mes siguiente, lo agendé en el calendario, conté los días y me preparé.Todo, para poder decir una palabra tan simple.
Porque claro, no es una simple palabra, no? es toda una explicación, y es pega, y la persona que lo pedía era de rango superior cuando estaba en la oficina.
Llegado el día, me toca lo clásico
"Hola linda, como estas?... que bueno... yo estoy mas o menos, mi perro se murió tratando a ayudar a mi papá que está muy enfermo".
Era una historia así, mega sad, que me llevó a pensar que probablemente, vivo dentro de una sitcom. No importaba, "I'm a bitch now".
Ocurría que mi jefe estaba de vacaciones, así que se lo mencioné (pava), pero que estabamos full con trabajo, por los nuevos proyectos de los que ella ya sabía... etc. Rogando que entendiera la indirecta, no? Y me dice
"hasta que hora vas a estar para ir a dejar la licencia?".
Eso me quitaba el comodín de "no podré bajar porque tengo que salir a xxxx", así que comencé a comentarle la situación a una amiga por wasap, mientras en paraleleo hablaba con la mujer licencia por el mismo miedo.
Le pregunté a mi amiga formas diplomáticas de decir que no, y terminé haciendo copy paste de la conversación, que en resumen fue mas o menos así:
YO: estamos hasta las 6, pero no puedo bajar, porque estoy con mucho trabajo.
Licenciada: ¿En serio? Pucha, es que necesito que me la reciban hoy, y mi pareja no tiene donde estacionar.
YO (copiado y pegado de mi amiga): comprendo, pero de verdad me complica demasiado bajar.
Licenciada: Bueno, pero son 5 minutos no cuesta nada, es cosa de voluntad no mas... Espero que cuando vuelva a la oficina no necesites ningún favor mío. ¿El jefe te dijo que no bajaras a recibirme la licencia?.

Cuando copié y pegué los mensajes de aquella mujer a mi amiga, se indignó. Ella, le contó a otras personas de su oficina que también se indignaron, y luego, cuando llegó mi compañera de recepción, también se indignó.
Me recordó una ocasión en mi adolescencia en que un tipo pasó por el lado mío, y sin conocerme ni nada me dijo lo que Patricia Rivadeneira señalaría como un piropo que sube el ánimo, pero que probablemente debe haber sido alguna frase de mierda como "washita rica" o algo así. Luego de que lo ignoré completamente, ya mas lejos de mi, el tipo dice "aaaah, pensé que estabai mas wena".
Esa vez me dió risa su resentimiento, la única vez que me he reído con una weá que me han dicho en la calle.

Entonces... le respondí, alguna cosa diplomática que obviamente a mi no se me habría ocurrido, porque en esas situaciones me cuesta diferenciar entre una parada de carros que corresponde y algo mas grosero, porque yo, soy una mujer grosera y la mina se anduvo medio calmando.
Eventualmente le comenté a mi jefe la situación, cuando volvió de sus vacaciones. Y me dijo que estaba en todo mi derecho de no ir a buscar ni una cuestión.
Al mes siguiente me volvió a escribir, pero luego de ignorarla un rato, terminó enviando a una persona a dejar la licencia directo en la oficina y entonces todo fue paz y tranquilidad respecto al tema... hasta hoy, que me volvió a escribir por whatsapp.

Continuará...

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