martes, 19 de mayo de 2020

Cuarentena semana 9, canutos

Ando sin sueño, dats the trut...
El domingo me acosté tarde y me levanté temprano ayer, y anoche, lo mismo, me dormí como a las 12. No comprendo el origen de mi falta de sueño, tal vez me transforme en la mujer de uno de los cuentos de El elefante desaparece, que no encontró nada mejor que aprovechar su tiempo libre sin dormir en leer una y otra vez Anna Karerina, una novela rusa, interminable, que no he leído, pero que según me han contado se demora como dos millones de capítulos en develar el plot principal. 
No sé si la leeré alguna vez, porque igual ando mañosa con las traducciones al español coño de las novelas, aunque probablemente por ser novela antigua, tal vez si exista alguna edición de español mas "neutro", donde la gente no diga chaval ni que va a pagar 20 pavos por algo. 
¿Acaso a los españoles les gustaría leer un libro donde los personajes pagaran 20 lucas por algo? Nunca lo sabremos porque la traducción de libros a español fuera de españa parece ser simplemente un invento de mi imaginación. 
En fin, no sé por qué no tengo sueño. No sé si será que dormí mucho la semana pasada, si estoy ovulando, si me dió una especie de shot de euforia porque iba a coser de nuevo luego de 2 meses sin hacerlo, o si será producto de la divina providencia. 
Cuando me alejé de la cosa de ser creyente y luego de superada mi rebeldía atea inicial, me puse en una postura de respeto por las otras religiciones... principalmente porque si no hueveo al resto para que dejen de creer en dios tengo el argumento en caso de que me quieran convertir, aunque jamás lo uso... En fin. 
Yo, la mujer tolerante. Incluso ocurrió que en algún momento me he sentido medio violentada con la gente que ataca tanto la religión así como concepto, porque una puede creer las cosas que quiera y tal. Pero entonces aparecen los canutos y me sacan de quicio y me hacen pensar cosas viscerales como "ojalá les de covid para que vean que la weá no es nah chiste y que dios no hará nada al respecto". Porque me crió gente facha y de repente a una se le arranca el facho interior, como al Doctor Strangerlove se le arrancaba el hail hitler, pero no alcanzo a decir un pensamiento tan troglodita en voz alta, porque rápidamente recuerdo que el covid es un tema de salud pública y de que no se trata de que la gente merezca o no merezca una enfermedad sino de que pueden contagiar a otros, el colapso del sistema de salud y todas esas cosas. Inmediatamente después, pienso que como en la religión no hay pruebas de nada y la gente solo se mueve por lo que quiere creer (como en los colores políticos), aunque toda la gente que haya asistido al templo de maipú se muriera por covid, los canutos seguirían diciendo que fue obra del señor, que por algo pasan las cosas, que es una prueba, que da lo mismo, total todos vamos a revivir en la segunda venida de Jesús. 
Así que tendríamos un desastre mayor a nivel de salud y los canutos seguirían con sus mismas convicciones, y además, un desastre semejante no vale la pena solo para que la gente deje de lado su fe ciega... o siiii? 
Bueno, pero yo llegué a todo este odio visceral por el canutismo porque tuve una situación puntual con mis cercanos hace unos días, que me hizo querer ir a quemar todos los templos canutos del país. 
Mis suegros, viven en una región cercana a santiago, que no mencionaré por su seguridad y por la extrema popularidad de mi blog, pero es una comuna internacionalmente conocida como "la capital del mimbre". Es tooodo lo que puedo especificar. 
Fuera de hueveo, mis suegros viven mas o menos alejados, pero afortunadamente encuarentenados. El hermano mayor de Rodrigo vive relativamente cerca de ellos, junto a su esposa e hijos. Todo parecía estar bien hasta que el domingo hablamos con mis suegros y nos cuentan que el supermercado de la comuna un guardia dió positivo para covid y al parecer varios empleados del super andaban con síntomas. Ocurre, que, parafrasenado a mi suegro, mi cuñado "va bien seguido a ese super" y que cuando mi suegro les consultó a ellos sobre la noticia del guardia contagiado, recibió por respuesta de parte de su hijo mayor "no se preocupen, si estamos todos protegidos... PORQUE REZAMOS por todos nosotros... rezamos todos los días". 
Aún no logro poner en palabras mi indignación, y siento que no lo he comentado con demasiada gente. 
¿Por qué es esto un problema real? Porque mi cuñado y su familia visitan a mis suegros con regularidad, como si nada, toman once, se sacan la mascarilla porque, citando a mi suegra "¿Cómo van a tomar once con mascarilla puesta?".
Intentamos decirles que se cuidaran, que mantuvieran la distancia, que tienen que usar mascarilla, etc. pero ellos ya están en un plano sobre el que no podemos ejercer ningún control. 
Mis suegros no son canutos, pero son creyentes, así que no es fácil convencerlos de que no están cubiertos por un hechico protector canuto. 
Y acá estoy yo, maldiciendo a los canutos. Distancia social, conchetumare! 

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