jueves, 20 de septiembre de 2018

Hospitalicosas II

Ocurrió que mi primer día de hospitalizada, fueron dos amables chiquillas que se presentaron como integrantes del grupo "Humanización del paciente y apoyo espiritual".
"Oh shit, apoyo espiritual... de los creadores, de no cree en nada? no tiene religión? de verdad no cree en nada?".
Las dos amables niñas, luego de presentarse, me preguntaron cómo me sentía respecto a la operación que se venía y yo me limité a decir que estaba tranquila, que luego del ingreso solo me quedaba esperar.
En mi imaginación, esas mujeres entraron en pánico.
"Oh shit, está tranquila, entonces qué le decimos ahora?".
Así que luego de ese pequeño traspié comenzaron a preguntarme por mi vida, que si tenía pareja, que si tenía familia, que si podía sangrar...
Les conté que tenía pareja, que llevabamos dos años y algo y me preguntaron si tenía intenciones de matrimonio.
-No sé...
-Bueno, a lo mejor con esto se decide...
-No podemos casarnos porque me acabo de divorciar, y si quisiera casarme debo esperar 230 días antes de poder hacerlo...
Eso debí decirles, por babosas, pero me aguanté.
Luego me preguntaron si tenía hijos.
-No.
-Hermanos chicos?
-No.
-Sobrinos?
-No.
-Algún niño en la familia? por favor, danos algo.
-No.
-Es que la gente siempre tiene niños en su familia...
-Si, es lo normal, pero no, no tengo, porque soy única y diferente.

La conversación obviamente fue menos incómoda de lo que la describo, y muchas de las cosas supuestamente dichas en voz alta no se dijeron en realidad.

Y ahí estaba yo, ignorándolas, tranquilamente, deseando que se fueran lo antes posible.
Luego, fue mi evento en que Rodrigo se demoraba en llegar a verme antes de ir a pabellón, probablemente ellas hubieran sido felices de verme ahí, para decirme "No estás tan tranquila ahora, verdad?".

Tuve un segundo encuentro con la gente del apoyo espiritual, justo el día que estaban pensando en darme el alta, en que llegaron las señoras a decirnos que harían una campaña de oración y que teníamos que anotar nuestros deseos en un papel que nos pasaban para que ella lo rezaran después.
No mentiré, cuando ciertas personas, relativamente cercanas me dijeron que rezarían por mi antes de la operación, les agradecí honestamente, no por el rezo en si, sino porque el trasfondo de eso eran buenos deseos y mal que mal, no eran personas lejanas ni que yo odiara, pero cuando me presentaron este formato de deseos en forma de rezo al viento, rodeada de señoras realmente enfermas, gente con dolor, con náuseas, con molestias crónicas, no pude menos que sentirlo como una burla y les devolví su papel de mierda una vez que advertí que me lo habían pasado.
-No pediré nada.
-Pero, y por su salud?- me insistió la jubilada ociosa.
-No... no me interesa.
La sra se alejó intentando disimular su molestia. Me quedé pensando, que si fuera por pedir algo que de verdad se pudiera cumplir, podría simplemente pedir que todos en el hospital se mejoraran, o que ya no existieran dolencias graves o pedir por la salud mundial... pero el resultado es el mismo, es algo que no se cumplirá.
Me quedé pensando además que si al menos tuvieran la decencia de vendernos la religión como un simple apoyo, como un amigo invisible que te acompaña cuando el resto se ha ido, como una compañía simbólica y moral, al menos tendría algo de sentido, que la gente simplemente buscara una sensación de apoyo... pero pedir weás... eso es una maldad.
Ahora, si ellos son los responsables de que al paciente se le trate harto mejor que hace varios años atrás, pues, bien por ellos.

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