martes, 18 de febrero de 2020

Chúpalo Karol Dance

Hay una película llamada Ex-Machina, que si no la he visto deje de leer porque esta entrada contiene spoilers, pero sino le molestas los spoiler allá usted.
La película es de ciencia ficción, y trata de un programador que visita a un hombre que hizo un robot y quiere que al robot se le haga un Test de Turing, que por lo que recuerdo de la película, consiste en evaluar que tan humana es la máquina en cuestión.
Y bueno, el spoiler es que en una parte de la película, el tipo se entera que la empleada que los atendió toda la estadía, es también un robot, ya que se saca un pedazo de "piel" y se puede ver la misma rejilla que tiene la mujer-robot "protagonista". Esto, lleva al programador a ponerse frente a un espejo y herirse la cara, para comprobar que él mismo no es un robot.
Karol Dance sacó un libro, hace como un par de meses, no sé exactamente cuando. Él es el tipo de personas sobre las que me enorgullezco de no saber nada, como Yingo, como Arenita, como muchas cosas que aprendí en estos días y que por contraste, no me enorgullecen.
No leí el libro, porque no me da la paciencia y mi tiempo es valioso. Si lo voy a desperdiciar será jugando Los Sims y no leyéndo a Karol Dance. Pero hay un Podcast en spotify, llamada "El club de lectura de las Amikas", quienes hacen reseñas de libros. Había resumen de Jane Eyre, de Charlotte Bronte, de Mujercitas de Luisa May Alcott... y yo elegí el podcast del libro de Karol Dance.
Me enteré de muchas cosas, como de que existía Yingo, que no sé que hacían realmente, pero que gozaba de la presencia de muchos jóvenes.
Karol Dance es un personaje, eso no tiene discusión. Y el libro es claramente una mierda inleíble, aunque las chicas del podcast fueron bastante amables para mi gusto con el sujeto, y el libro mismo. Karol Dance es un hombre que de verdad se compra y vende el cuento de la meritocracia, como quien vende y usa Herbalife... o cocaína.
Ese hecho puntual me basta, pero el libro además está lleno de anécdotas que te hacen decir "me estas hueveando".
Y es entonces cuando llega Ex-Machina a mi mente, porque cuando aparece un individuo que tiene claramente una línea de pensamiento general, tan opuesta a la mía, tan diametralmente contraria, no puedo evitar pensar que tal vez soy yo la que está equivocada y me pongo en modo "me cortaré la cara para saber que no soy un robot". ¿Seré yo, señor?
Luego me pongo a pensar que el facho promedio está demasiado convencido de tener la razón y que ni siquiera se hace tal cuestionamiento, y entonces llego a la conclusión de que soy mejor que ellos por el simple hecho de cuestionarme.
Por supuesto que tengo razón, porque soy mejor que los demás. 

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