sábado, 16 de noviembre de 2019

no hay título hoy

Subí una foto mía a Instagram comentando lo joven y hermosa que era e inmediatamente me sentí tremendamente culpable de mi nivel de frivolidad, porque para eso me criaron, para la culpa. Así que virtualmente corrí al blog para escribir cosas...

Cuando me enteré del acuerdo para la nueva Constitución me alegré y por un breve tiempo pensé que podía ser el inicio de la solución a todos los problemas.
Luego, vi el descontento en twitter y me pareció agotador. ¿Será que me estoy volviendo facha? Porque en realidad los quise mandar a la mierda.
No, debe ser que tenía la expectativas demasiado bajas, desde antes de todo esto, en realidad, creo que una parte de mi se murió cuando ganó Bolsonaro en Brasil y llegué a la conclusión de que el mundo se había vuelto facho y que todo valía verga.
Pero claro, se supone que las redes sociales no son la realidad, se supone que twitter es particularmente facho, aunque no tanto como los grupos de compra/venta, que ya caen en otro nivel.
Aunque mas que el mundo facho, veo una tendencia (si, solo limitada a redes sociales porque no hablo con la gente en la vida real, solo me limito a observarlos a todos desde las sombras) en la forma de comunicarse de la gente, atrincherados en sus ideas sin espacio para algo mas... porque de eso se trata atrincherarse, no?
Un ejemplo que se me grabó bastante fue el de una publicación en fb (justamente de un grupo de compra venta) en que mostraban a un grupo de personas con carteles afuera de un líder, y por las imágenes se podía inferir que eran empleados de dicho supermercado particular, que había sido saqueado y destrozado y que reclamaban que no se les estaba pagando el sueldo ni tenían trabajo debido a los daños las instalaciones.
No pude encontrar rápidamente alguna cosa que me dijera si el saqueo de un local se considera "caso fortuito o fuerza mayor" que es una causal de despido que lamentablemente no exige indemnización, como sería el caso de "necesidades de la empresa", así que no puedo ahondar mucho, pero lo relevante la situación en esa conversación en particular, fue que mucha de la gente que, como yo, no se espantó porque destruyeron supermercados porque deseamos la muerte del retail, salió a burlarse de las personas de los carteles. Vi varios comentarios del tipo "vayan a pedirle a los chalecos amarillos que les den trabajo" y cosas por el estilo.
Quiero guardar las proporciones, y no me quiero poner udi pa mis weás, pero sentí la falta de empatía con la gente sin pega venir de una raíz semejante a la falta de empatía con el manifestante que pierde un ojo, o los niños que han sido detenidos... etc. Los comentarios mas sensatos que vi fueron aquellos que decían que los super se están haciendo los cuchos con el pago de los sueldos, que en vez de culpar al saqueador, deberían culpar al super por no pagar lo que corresponde y por no instalarlos en otro sector que no haya sufrido saqueos.
Comparto la idea, solo que no me consta que los super no puedan despedir a la gente por perder un local o que no puedan suspender el pago mientras se recupera el local.
Me molesta que se tenga esa idea qlia de que la empresa te esté haciendo un favor dándote una pega de mierda donde la gente te trata como el pico todo el día, me molesta que el facho pobre sienta que tiene cosas "gracias a la empresa" que le paga el sueldo, de que hay que agradecerle a los qlios, por explotarte, pero por otro lado, comprendo que la gente que se siente así es porque tienen su propia visión de las cosas. Así que no, no se me hace incomprensible ni me indigna si un caballero que se queda sin pega le echa la culpa a las manifestaciones de su desgracia, en lugar de mirar mas profundo y pensar en una raíz mas profunda.
Hay momentos en que me dan ganas de meterme a discutir con la gente, a ver si logro que alguien entre en razón, no porque yo sea dueña de la verdad, sino por si logro que el resto "baje el tono", o se baje de su nube de tener la razón, pero se ve como una tarea tan maratónica y para la que me veo tan poco capacitada que me cansa la sola idea.
Y me juega en contra la inseguridad, la idea de que no sé suficiente, de que me quedaré sin respuestas en el charcho de la ignorancia de redes sociales, pero, todos lo hacen, no? No es el fin del mundo.
Podría recordar mis tiempos de oficina, cuando comencé a hacerme cargo de un área del trabajo de la que no sabía absolutamente nada y que la sola necesidad de tener una respuesta para la gente que me hinchaba todos los días me llevó a tener un conocimiento relativamente decente.
Pero eso es materia para otro día, éste fin de semana me limitaré a hablar con personas de carne y hueso.

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