miércoles, 9 de enero de 2019

La entrada mas dispersa de la historia

Hace cosa de minutos estaba yo leyendo un libro muy interesante llamado "La mística de la feminidad" y se me vinieron a la cabeza cosas muy comentables... y ya las olvidé, se las llevó el universo, que no conspira a mi favor porque no creo en Cohelo y comparto memes de él diciendo "El café con leche es como el café, pero con leche".
Creo que tengo muchas cosas en mi cabeza, a pesar de que he resuelto algunas.
Comencé a pagar Fonasa independiente y es algo que no ocupará mi cabeza, luego de 3 meses temiendo que se me acabara la cobertura.
Recuerdo todo lo que leí, pero no recuerdo lo que pensé... qué horrible.
Sigo abrumada por todas las cosas que se me ocurren y por mi incapacidad práctica de llevarlas a cabo. El otro día se me ocurrió una ilustración divertida que me podría haber convertido en la próxima Guillo, pero no sé dibujar, así que jamás saldrá de mi cabeza, y el diario el país ya me la ganó con el concepto solo que me cambió el político así que too late... para la otra será.
Al menos ya me estoy moviendo, así que eso ha logrado reducir un poco la ansiedad.
Ya me acordé! Terapias... terapias terapias.
Una piensa que la cosa de que la gente vaya a terapia por todo es algo realmente reciente, cuando se habla de esta sociedad enajenada que se medica, que va al psicólogo por todo, pero una puede leer en un libro, como "La mística de la feminidad" que la cosa de querer terapiar todo era una tendencia que venía hace rato, porque un lee ahí que los weones querían hacerle terapia de psicoanálisis a las minas por querer dedicarse a sus carreras y aplazar un plan de tener familia. Bueno, fue un caso puntual del que hablaban, pero mi sesgo de confirmación me lleva a convertirlo en una tendencia en mi cabeza.
Estaba pensando en sacar la cuenta de los precios promedio de los libros que he leído en mi kindle que no es kindle para saber si ya recuperé mi inversión, sé que con "La mística de la feminidad" ya me ahorré 25 lucas (libro qlio pa caro, cómo odio ser mainstream a veces).
Pero en realidad el tiempo se puede ocupar en mejores cosas, como jugar Los Sims en el celular. Tengo una gran ciudad, que no me enorgullece, pero me ayuda a pasar el tiempo cuando están dando un capítulo de las nuevas temporadas de Los Simpsons mientras tomo once o cuando despierto demasiado temprano en las mañanas...
Despertar temprano es algo que soluciona la vida increíblemente, y ha sido algo bueno que me quedó de la operación.
Como estuve dos meses viéndome obligada a levantarme por el dolor que me exigía cambiar de posición luego de 7 horas de inmovilidad, se me generó el hábito de despertar a las 7 de la mañana... incluso a las 6 en algunos casos.
El dolor se fue pero el hábito quedó y lo he estado cuidando, y es maravilloso, porque de pronto, estar a las 9 de la mañana en alguna parte dejó de ser una tragedia... luego de un año en que llegar a las 9 a la pega era una tortura para el cuerpo y el espíritu. Sobre todo el espíritu.
Saborear la vida fuera de la oficina, solo me hace tenerle mas miedo a verme en la obligación de volver alguna vez. Por eso me siento abrumada, porque debo producir pronto, antes de que se me acaben los ahorros y además, tengo tres meses de inmovilidad en mi contra, que desperdicié estando operada, con dolor y sin poder pensar... pero en retrospectiva, creo que esos meses fueron una especie de meditación forzada, en los que tuve la mente en blanco sin querer y que el retiro del dolor sirvió de reset para mi cerebro, que ahora se siente como un equipo nuevo.
Me gusta despertar temprano.

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