Siento que me he estado recuperando de varias manías o trancas o traumas que tenía... y al mismo tiempo siento que escribo tantas positivas que hasta yo misma me doy náuseas, pero bueh.
Y bueno, esta entrada será traída a ustedes por la letra H, de "hola" y de "huevón".
Pasa que yo siempre he tenido un problema con ésto de saludar. Me acuerdo que hasta no hace poco tiempo, me molestaba saludar a la gente a la que no le tenía aprecio. Esto me llevaba a evitar gente para no tener que estarles dedicando un "hola". Y bueno, era un Hueveo...
Por ejemplo, tengo un vecino horrible, y cuando no le podía hacer el quite era una tragedia, me sentía poco menos que ultrajada saludándolo.
Y entonces empecé a trabajar de vendedora de lápices (en realidad vendo mas cosas, pero los lápices me hacen feliz) en una tienda en providencia, y cada cierto rato entra gente a la que debo saludar. Como son completos extraños, desarrollé un efectivo sistema de defensa: el tono del "hola".
Es un tono de voz neutral, indiferente pero amable, sin la menor muestra de afecto. No es el mismo "hola" que uso para saludar a mis compañeros y a mi jefe, que es un "hola" ligeramente mas personal, menos chillón y que dice, en el fondo "a ti te conozco y por eso te saludo".
Distinto es el "hola" que uso con mi pololo y mi cuñada, que es mas bien un tono de "hola" que me pegaron ellos y que en realidad es un tono de voz constante que usamos... la mayor parte del tiempo... y que uso con mi mamá y con mis amigos y con la Gilda.
Y bueno, ahora, cuando me encuentro con alguna persona desagradable a la que debo saludar, uso ese mismo hola indiferente y carente de emociones, y así no me siento como si fuera en contra de mis principios...
y bueno, siempre se agradece sacar un trauma de la mochila
No hay comentarios:
Publicar un comentario