domingo, 22 de mayo de 2016

De por qué las películas son mejores que los viajes



No es cierto, la verdad es que ambas cosas son buenas, únicas e irrepetibles. Cada cual tiene su lado bueno y no tienen por qué pelear. Pero para viajar necesitamos tiempo y dinero.


Yo, como que no soy muy sociable... o tal vez si, pero antes era peor. Antes odiaba a la humanidad y no me importaba, luego seguí odiando a la humanidad, pero descubrí que eran como las abejas: me dan miedo, pero son necesarias, y quise hacer un esfuerzo.


En paralelo me dijeron que una buena forma de tener temas de conversación, era teniendo viajes. No solo eso, sino que además debían ser viajes donde el riesgo de que las cosas salieran mal fuera relativamente alto, porque si algo no sale mal, entonces no hay anécdota para compartir. A nadie le interesa si viste una ballena mientras ibas en barco, lo que quiere el público es escuchar sobre como casi te moriste de hambre en la patagonia.


"Desafortunadamente" no he vivido ninguna de las dos cosas... bueno, una vez pasé hambre, pero juré con dios como mi testigo que nunca mas volvería a pasar hambre. Y si no me creen, pueden ver el momento exacto en que lo hice acá.


Lo que me lleva al tema central: películas.


Según wikipedia, una película es "una obra de arte cinematográfica, la cual narra de una manera audiovisual, una historia o un hecho. Como por ejemplo, la historia de un niño que desafió a su profesor... un niño que resultó ser Albert Einstein".


Ahora, hablando (técnicamente escribiendo) en serio, descubrí algo sumamente increíble, y es que las películas también generan temas de conversación y que ir a ver películas también genera temas de conversación. Como por ejemplo, cuando fui a ver el renacido, entraron unos niños flaites y nos preguntaron que quéeee película era la que iban a dar, les dijimos "El renacido" y los weones dicen "y cuaaal es esa". Y una con ataque, porque probablemente los pendejos se pongan a dar jugo toda la película. Y finalmente se quedaron, y la vieron, en silencio... está bien, no pasó nada, y a nadie va a divertir esta historia... Pero por ejemplo está aquella vez que volvimos a la casa después de ver Deadpool y encontramos a mi mamá llorando... Ok. Esa no es una buena anécdota, pero es algo que ocurrió y que le puedo contar a la gente ya que carezco de filtro y ubicación social.


Y bueno, no a todos les gustan las películas, así que no todos van a estar interesados en hablar respecto a eso. Pues que se jodan, si alguien tiene ganas de conversar si inventará un tema, o llevará tu latero discurso de por qué X-men apocalipsis es la mejor película en lo que va del año a un tema que le interese a el(la), porque finalmente, el conversar es un tema de responsabilidad compartida.


Ver películas con alguien refuerza los lazos, crea temas entre los involucrados y un montón de clichés. ¿Para qué voy a recordar la vez que quedé atrapada en el gran cañon y tuve que cortarme un brazo si puedo ver a James Franco hacerlo y comentar lo bien lograda que está esa escena. Tuve que vivir 27 años, cuestionarme un millón de cosas, rabiar, llorar, sentirme mal conmigo, odiarme, amarme, tolerarme, sudar e incluso sangrar, para llegar a la genial e impredecible conclusión de que me gustan las películas, los lápices y la vida familiar.

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